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Minientrada

Aunque los días acaben y no exista la noche después,
Más que el mar se vuelva dulce y los ríos sean de sal,
Qué importa si la luna se esconde tras su manto de espuma y no vuelve más.
Que las ventanas de la razón se cierren para siempre,
Y la ignorancia fluya como lava candente.
No importa cuán fría esté la mano amiga,
O cuán caliente,
Si la mirada la acompaña como un fuego ardiente.
Y qué dirán los poetas si las rimas han acabado
O los artistas den fríos tonos a sus cuadros.
Por más alta que se alce la montaña,
Más altas volarán las alas de un pensamiento
Si con amor y ganas guarda
La luz de la esperanza.
Por cuántos habrá que la pierdan y por cientos que la esperan.
Una llamada, un guiño, un roce fugaz más que sea,
Cuando conserva el alma de un niño
Los juegos del que espera.
Dirán que es rebeldía
O que es sabiduría
Porque no es más listo el que espera
Sino el que fue a buscarla.
En el ancho mar para el que nada,
Los libros para el que lea,
En los ojos de una muchacha
Que mientras se riza el pelo anhela.
En todas partes cabe
Como una palabra pequeña
O un suspiro vago
O un parpadeo
O la mano del que nace sujetando con fuerza.
Porque está aunque no la veas,
Esperando que la agarres,
Amarrado con fuerza,
Sin que dejes que se vaya
Y por fin la poseas.
Porque no importa que el sol no salga de día
Si su luz es melodía.
O que los ciegos por fin vean
Aunque sea mentira.
No importa cuán feas sean las palabras
Si es el alma quien las diga.
Más no habrá persona o fiera
Que no vea en la esperanza
La llave que abra la puerta a su rebeldía.

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El trébol

Juego de Dos

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Me mentiste, pero ¿qué puedo hacer ahora si ya no me quieres más?

Jugaste conmigo y ahora los dados sacaron 6

Pero no puedo volver a tirar porque ya abandonaste la partida

Y te sigo sintiendo aquí aunque no estés.

Porque tu aroma sólo se va con el viento y no me

atrevo a abrir la ventana.

Las heridas las cura el tiempo y aún no he ido a su consulta

Porque prefiero sufrir por ti y recordar tus heridas.

Entre las fotos te mueves tan silencioso que tus ojos me ven

desnuda

Y tus manos son tan flotantes que sólo las siente el cuerpo

Porque los labios no se separan a menos que tú estés dentro.

Me lo ofreciste una vez y yo lo desperdicié

Entre llamadas tontas que nos llamamos tantas cosas que no

quisimos decir

…Los silencios sólo se producen innecesarios

Aunque tanto guardan mis silencios como las cosas que hablo;

Palabras mal dichas no son porque sí, sino porque algo en mi

sintió salir

La necesidad de darse y decir lo que te hizo de mi:

Lejos, muy lejos, en sueños más cerca

Te tengo y sostengo una mirada perpleja

Quizás descubrir preposiciones que falten entre tú y yo

Porque si no está no existimos los dos.

Vocablos del corazón parvulario

Que soltó el regaliz y prefirió un regalo

Vanidoso, descarado, se rompió en mil pedazos

De trozos del llamado de algo que sólo el que tiene

sabe pronunciar.

Ahora me pregunto si pudiera tocar de nuevo la banda

de tu cuerpo

Y saborear los notas de tu paladar.

Descubrir en tus ojos la fama y sentir la música

al tronar.

Me pondré de puntillas para alcanzar la cima de tus labios

Y bailar sobre tus pies, a tu espalda en un abrazo

Con los dedos entrecruzados la suerte responderá

Y las alas saldrán para coronar tu enfado que

ayer te hizo coger

Para yo rescatar la felicidad del pasado y hacerla volver.

¿Me querrás otra vez?

A ustedes les parecerá una mierda pero a mi me gustó y esto lo escribí yo pues… por el 2009. No ha llovido na’ desde entonces. Y si me pongo a hacer algo de esto ahora, me sale una bazofia de esas de las que te hacen echar el desayuno. En fin, ahí está, para reírse o para llorar, pero ahí está.

Todo tiene su huequito en este mundo.

Manifiestos del pasado

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Aunque no es de una calidad exquisita, esto lo escribí hace años y como todo recuerdo tiene el derecho de no ser olvidado, por tanto, antes de borrar mi viejo blog copiaré en este los posts que no quiero perder 🙂

Les guste o no, aquí está.

Adiós

Se manifestó mi alma una noche de penumbra

Me contó que quería descubrirme el verdadero ser

Que empezase a mirar dentro de mí

Y olvidar lo que en otro tiempo fui.

 

Para descubrirme a mi misma empecé deshojando margaritas,

Cada una me descocía un poco más

Y poco a poco descubría la verdad

Descubrí que por el camino dejé trocitos de mi alma.

 

Pasaron horas en aquella habitación

Intentando ser el centro de atención

De una herencia que me acababa

La herencia carmesí del fondo de mi calma.

 

La que ahora me daba puñaladas,

Lentas pero cada vez más punzantes,

Fuerte pero cada vez más rota,

Pensé fallecer y dar a todo la espalda.

 

La edad oscura comenzaba

Donde antes había terminado mi vida,

Y mi voz sólo sabía cantar canciones tristes

Ahora la muerte amenazaba con rendirse.

 

Hubiese querido que esto empezara hace tiempo

Y que la memoria volviera con una lluvia de sangre

Que empapara mi carne con el sabor de la suerte

Y dejar de despedirme de mis pequeños miedos.

 

Ahora sé que no había forma de salir de allí

Porque solo estaba dentro de mí

Encerrada en mi propio cuerpo

Sin saber cómo poder salir.

 

Desde entonces muero cada vez que el cerezo no florece

Quedándome sin flores que deshojar,

así ya sólo me faltaría por descubrir

que en realidad estoy muerta por dentro.

 

Sabiendo que es imposible resucitar

Quedando atrapada entre mi mundo y el otro

Sabiendo que será inútil rezar

Porque mi corazón se quedó definitivamente roto.

 

Al menos sé que me quebré aquella noche infinita

Al menos descubrí una parte de mi misma

Ahora sé cómo resucitar en la tumba

Descubrí cómo despertar en la penumbra.

Y para acabar esta canción, que aunque no ganó Eurovisión a mi me encanta.

Sobrecogedor

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Poema:

Sobrecogiéndome lentamente sobre tu espalda sin hacer un mínimo de ruido y así escuchar tu alma. Cómo me golpeas haciéndome sentir más triste y sin saber que estás tan cerca pero tan lejos de mis sentimientos y sabes que te miento. No quisiera saber lo que siento. A veces desconozco que me estoy equivocando y como aturdida me encuentro, me levanto gritando y lloro mientras anochece, como cuando le hablo a la luna de ti y me contesta: «no niña, él no piensa en ti».

¿Y por qué si estás dentro de mi te aparto de aquí? Siento un dolor inmenso que me desgarra la piel y me atrapa, que me obliga a llorar y sufrir diciéndome que soy fuerte, tan fuerte como para rendirme y caer en las tinieblas de una mentira que me envuelve en sufrimiento y ahogo.

Como el agua que me envuelve en el eterno lamento de mi vida y me miente día a día -no sigas adelante- ¿por qué me grita?  ya sabes que me has vencido, que puedes conmigo, Dolor, déjame sobrevivir, déjame sentir lo que anhelo, lo que busco y aún no encuentro, caya y deja que mis ojos lloren, lo has conseguido y siento que miento diciendo que mi cuerpo es un infierno que se amontona entre desprecios y montones de desechos rasgándome la piel inerte, sangrándome la frente, destrozada lentamente, muriendo eternamente. y si quiere irse no importa si aún me duele, y quieren salir pero mis parpados no se lo permiten, o quizás mi orgullo puede conmigo y me grita obligándome a cayar, desobedecer mis sentimientos desesperándome en el tiempo que pasa como un aliento sin esperarse a que el viento tiemble con él de nuevo probando un sorbo de mi veneno que le mate y suelta por siempre, que siempre estuvo lleno del invierno y que jamás quiso hacerme ver las bonitas cosas invisibles -invencibles- que pudieron conmigo en ese momento inquieto y que detenido porque me vio llorar me susurró al oído que no dejará que el viento se me escapara mientras lo persigo corriendo llevándose mi vida. Y entonces fue cuando le grite en histeria que solo él me ordenó hacerlo, que es sólo por él por lo que muero, quien me hizo llorar y quien me hizo amar, que no sé porqué naufragué en mi corazón si no sé nadar en medio de terror y luego desperté rodeada de arena y de nuevo me vi perdida, desolada, herida, inquieta, sin vida y me levanté… caminé… y lentamente me ahogué.