Con esto de que han puesto Avatar dos veces en la misma semana me asaltó el recuerdo del mito de Pandora: después de que Prometeo robara el fuego de Apolo, Zeus encolerizó y ordenó crear a la mujer más bella capaz de seducir a cualquier hombre. Así fue que Hefesto dió forma a la arcilla, Atena la vistió y Hermes le concedió el don de seducir y manipular. Todos sabemos que después Pandora abre la cajita, se escapan los bienes y los males de la humanidad y se queda dentro la Esperanza.
Entonces me pregunta mi madre que recuerda el mito de otra mujer hecha con barro y empecé a buscar.
Sabemos que Adán, el primer hombre, fue creado con barro a imagen y semejanza de Dios pero que Eva fue creada a partir de una costilla de Adán. Lo que la Biblia no nos cuenta es que Lilith fue la primera mujer, creada con barro junto con Adán a imagen y semejanza de Dios. Pero a Lilith le gustaba la juerga y se escapó del Edén instalándose junto al mar Rojo para unirse a Samael, el ángel de la Fuerza, y a otros demonios. Y las noches en las que los hombres eyaculan mientras duermen es porque Lilith, convertida en súcubo, ha yacido con ellos para engendrar hijos del mal.
La siguiente mujer no está hecha de barro sino de marfil pero buscando encontré esta historia que no conocía, la de Galatea y Pigmalión. El mito cuenta que Pigmalión era el rey de Chipre y, al ser muy quisquilloso con las mujeres, no llegó a casarse y entristecido ahogó su pena en la creación de estatuas. Una de ellas fue tan hermosa que se enamoró de ella y la llamó Galatea. Afrodita pudo comprobar cuánto amaba Pigmalión a su impávida Galatea y dio vida a la estatua, que se enamoró perdidamente de su creador.
¡Que bonico!