En la entrada que publiqué el día de la festividad de Canarias, el 30 de mayo, publiqué la leyenda de la muerte de Doramas, y ahora que he estudiado el tema (en clase y con profesores expertos de la cultura Canaria) me doy cuenta de que hay varios errores en la historia publicada, que cogí de internet.
Así que ahora publico la realidad tal y como la he estudiado en la universidad:
Doramas era un guayre, un guerrero del guanartemato de Telde, de origen plebeyo (los trasquilados) y obtuvo mucha fama por su gran resistencia en la guerra contra los conquistadores. El señor que llevó a cabo la conquista de Gran Canaria fue Pedro de Vera (que sustituía a Juan Rejón), y Doramas lo retó a que se batieran en duelo pero Pedro de Vera mandó a uno de sus soldados, que fue fácilmente derrotado por Doramas. Viendo ésto, Pedro de Vera mandó a otro de sus soldados que sí consiguió herir a Doramas, pero que también cayó derrotado por éste. Cogiendo al guayre desprevenido, Pedro de Vera le clavó una lanza por la espalda, y expuso su cabeza en una lanza como si de un orgullo se tratara. Doramas fue vencido en la llamada «Batalla de Arucas».
La imagen, para que no lleve a confusión, sí tiene relación con la historia, y es que la muerte de Doramas mina los ánimos de la población aborigen, y consiguen tomar Gáldar, capturando a su jefe, el guanarteme Tenesor Semidán.
Tenesor Semidán era el guanarteme del guanartemato de Gáldar en épocas de la conquista, el último conocido por tanto, y tras ser atrapado por los castellanos y convertido al catolicismo fue bautizado como Fernando Guanarteme. Después volvieron con él a la isla para que ayudara a los castellanos a tratar con los aborígenes Canarios (así son llamados los de Gran Canaria, los guanches son sólo los aborígenes de Tenerife).
Fernando Guanarteme acude a la fortaleza de Ansite, donde quedan algunos de sus familiares y nobles, para hablar con ellos y rogarles que se rindieran : la princesa Guayarmina, la princesa Masquera, el faycan de Telde y Bentejuí, que estaba entonces al mando de los canarios (no quiere decir que fuese Guanarteme).
Los castellanos les habían prometido respetar sus costumbres y dejarles tierras si se rendían, al principio se cumple el pacto pero después no y poco a poco muchos aborígenes son convertidos en esclavos. Los castellanos les tenían rodeados, así que Bentejuí y el faycan se arrojan al vacío al grito de «Atis Tirma» (Viva la Montaña Sagrada). Esto último es lo que se representa en la escultura del parque Doramas.
Precioso ¿verdad? Toda la historia de la conquista de Canarias es así, con mucha muerte, mucha traición y esas cosas.
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