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La paradoja del suicidio

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Siempre me he preguntado qué es lo que lleva a una persona a quitarse la vida, es decir, yo supongo que hay quien teme a la muerte y quien no la teme pero que la afronta con valentía. Y esos son las dos formas de ver «la muerte», las dos clases de personas que hay en el mundo.

Pero en algún momento, en la vida de estas personas, quien la teme se rinde ante ella y quien le plantaba cara empieza a temerla. Yo me considero entre las personas que no temen a la muerte. Está ahí, llegará, pero no sé cuándo ni quiero saberlo.

También considero que la vida es un regalo, no lo hemos pedido pero si tuviéramos la oportunidad, escogeríamos incluso el tipo de vida que queremos tener, claro que tampoco tendríamos con qué compararla. Vida solo hay una, la tuya.

A veces parece que otros tienen una vida mejor que la tuya, y desde luego se podría hacer una escala de «vida de mierda» a «vida de la hostia» pero como hay muchas vidas con las que comparar, nunca sabrás en qué parte de la escala está la tuya, porque incluso aunque tengas cierta idea, siempre se puede ir peor o mejor.

Además, cada persona crearía su propia escala desde su visión objetiva de su propia vida y visión subjetiva de la vida de los demás. No sería una escala muy factible. Pero sea cual sea la posición en la que crees que se encuentra tu vida, el caso es que estás vivo.

Tu vida no te pertenece, pertenece a quien la hizo posible: tu madre, tu padre, tus hermanos, la familia en general, los amigos, conocidos, amigos de conocidos… incluso la televisión. La sociedad al completo.

Todo aquello que cause mella en tu vida: tu forma de pensar, de actuar, tus juicios de valor, tus principios, la cultura predominante, los conflictos y problemas del mundo que ves en las noticias, las opiniones de otros… todo influye en ti.

No fuiste tú quién eligió que esas cosas sucedieran, pero sí influyó en ti, les diste importancia y un significado. Un significado que es solo tuyo, porque para otros no lo es. Por eso las opiniones son todas válidas, porque cada persona tiene la suya propia.

Así, recopilando, tu vida no te pertenece pero entonces ¿qué nos pertenece? (aparte de lo material) Nos pertenece las cosas que decimos, cada palabra, cada acto. Por qué elegimos hacer o decir una cosa y no otra, porque todo está en nuestra mente y descartamos lo que consideramos injusto, indebido, inhumano, inverosímil, injustificado…

Así que piensen desde cuando empezaron a pensar con raciocinio: todas esas cosas son tuyas.

Entonces, ¿qué es lo que te lleva a quitarte la vida? Has quitado a tu madre un hijo, a tus amigos un amigo, a la sociedad un civil pensante y actor, un amante a quien te amó, un recuerdo a alguien que te escuchó, un futuro… ¿quién sabe lo que nos deparará el futuro?

Pero la vida no es tuya, si te la quitas, serás un ladrón. Robarás a todas aquellas personas y acciones que te crearon como persona: libre y pensador.

paradoja

Ni si quiera esperes a que suceda

El Caos

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Siempre pensé, y me convencí de ello, que la gente buena obtendría cosas buenas con sus actos, y que la gente mala obtendría su merecido, el merecido que le haría aprender. Pero las acciones de las personas me muestran lo contrario, y cuando algo que has creído toda tu vida de repente se muestra a la inversa, entonces piensas que toda tu vida es caos, y empiezas a dudar de todo lo que has estado creyendo en todo este tiempo, pensando si hay algo más de lo que puedes estar equivocado.

Y te preguntas qué has hecho mal, en qué te has equivocado, cuánto mal has podido hacer para que la vida se tornara de esa manera. ¿Qué mal estoy pagando ahora? Ahora estoy en ese punto gris, en el que busco el lado positivo, la lección a aprender, la luz.

En el inicio del mundo todo fue caos, no había nada porque no había luz, la oscuridad era la reina del lugar, pero algo bueno y hermosa, aunque pequeño y breve, brotó en aquella soledad y se hizo notar, porque continuó extendiéndose durante miles de millones de años. Así surgió la vida, los sentimientos, las emociones, las personas y sus uniones.

Y no se sabe cómo, la vida volvió a convertirse en caos. ¿Quién trajo el caos a la luz? Nadie lo sabe pero se ha hecho tan común que la hemos llamado realidad, y a veces dolor.

El elixir de la vida

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¿Por qué a los estudiantes nos surgen muchíiiiiisimas cosas que hacer cuando tenemos que estudiar? Porque ya estaban ahí antes de que tuvieramos que estudiar pero es que…. ¡es que nos gustan los retos!

No, no se equivoquen, de vagos nada, aventureros, atrevidos… esa sería una descripción más exacta.

En realidad… sí, nos gustan los retos, pero no porque queramos demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de hacer muchas cosas a la vez, o para comprobar hasta dónde podemos llegar; no, esos no son los motivos, el motivo real es: SOMOS MASOCAS.

Sí, sí, queridos compañeros estudiantes, he revelado nuestro secreto (ya lo sabían en verdad, pero también nos gusta engañarnos), así que ahora voy a compensarlo de algún modo, que no se cómo, se me irá ocurriendo sobre la marcha.

Eeeeem… vale… ¡imaginación, ven a mi!

Imaginense un mundo donde la gente naciera con el objetivo de morir. Sé que todos moriremos algún día pero antes, queremos seguir viviendo lo mejor que podamos. Pero ahora imaginen un mundo donde la gente QUISIERA morir. Extraño…. se me presenta una paradoja.

Hay gente en este mundo, el real, que mata a otros por placer pero, en este mundo imaginario, la gente provoca que le maten porque le complace morir. Y el resto de personas no matan porque si mata… ¡sería una persona menos que podría matarlo a él!

Y si se suicida pues… como que no tendría gracia, así que todos se estarían provocando continuamente para que le mataran pero como nadie quiere matar a otro para no reducir las posibilidades de que lo maten pues… ¡habría menos muertes! 

Así que en un mundo, deprimente, donde se nace para morir lo antes posible, habría menos muertes (probablemente) que en un mundo donde la gente nace para vivir lo máximo posible.

Paradojas de la vida.

PD: luego dirán que los estudiantes pierden el tiempo… los grandes filósofos de la historia lo son porque se aburrían de estudiar!!

«El pequeño erudito»

Un poema

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Temo a la vida que me odia

quiere hacerme caer y

no puede hacerme ver.

Hecho de menos la vida

que antes vivía contenta

que añoro que sea mía

y anhelo no tenerla.

Está aquí y allá

pero nunca está conmigo.

Me odia eternamente

y la quiero tener conmigo,

la quiero a mi lado

y temo al destino,

que quiere olvidarme,

separarme de la ira

y pretende hacerme ver,

hacerme creer, hacerme vivir,

que la vida es sufrir

y pretende acabar conmigo

sin saber que no es cierto

lo que yo creo creer

y quiero creer

o que simplemente sé,

sin saber que lo desconozco

y no sé que me cuenta,

qué dice, qué sabe,

que sienta, que mienta

y qué cuenta.

Ganar fé en él,

en eso o aquello,

en él, que me desconoce

y desconozco,

que lo siento aquí, adentro

y se aleja,

y no sabe que lo quiero,

qué siento…qué tiempo.

Rompiste mi vida

y pensaste sentirla

sabiendo que el tiempo

se va con el viento

y se queda corriendo,

se marchó con prisa

llevando su ira

y queda una lira

que ya no respira

e inquieta en la sombra

y temblando en el tiempo

me habla de todo

y todo lo que siento.

Me ayudó a respirar,

a salir adelante,

a seguir creyendo

y no amo algo eterno

sino algo que a un tiempo

ayudó mi lamento

que amó a mi vida

y supo sentirla.

La levantó del suelo

cuando aún se arrastraba

y se frustraba,

me frustraba,

hundía y entristecía.

Requiere un hundimiento

que empuje el sufrimiento,

que le ayude a salir,

dejar de sentir.

Y bajo un cielo oscuro

que lento la aplastaba,

encogía su alma

entre terrores de vida.

Gritar al tiempo

que te deje en paz,

que no siga sintiendo

lo que tú vas a buscar,

es inútil ahora,

pues ya no vivirás.

Y si pretendes rendirte

ante todo lo que te rodea

no intentes reirte

de aquello que anhelas.

Y quieres saber cómo morir

sin a la vez herir

a un ser conocido

que llore por tí,

que te heche de menos,

te ame, que sienta un veneno,

al irte, sentirte,

que no estas sintiendo,

que te estás yendo,

te vas,

sin decir que te quiero,

que no es por miedo,

sino por el tiempo,

que se marcha

y me deja aquí

y debo irme,

lo siento,

es lo que acepto,

sin saber lo que quiero,

y no puedo negar,

no debo,

que es mentira,

que exista mi sentimiento de ira,

de vida, mi vida,

que no sabe seguirla,

-a mi mentira-

y se comprime en sí misma,

luego expande mentira,

locura, ternura

y creer beberse la pura,

tortuta de sentimiento,

mi cuerpo,

es mi infierno

y lento,

rompiendo,

se marcha de mí,

de aquí

y sola yo ahora,

para nunca saberlo

y perecer sintiendo

que este es mi cuerpo

y solo y eterno

quedará en el tiempo

y marchará muriendo

en el eterno lamento.